lunes, noviembre 09, 2009

El poder taumatúrgico de Bellas Artes

Articulo publicado en el Diario La Republica (Lima-Perú) con ocasión de la muestra colectiva celebrada en Osambella por los 80 años de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (1/10/1,999).

Por Rosina Valcárcel *, desde París.


Mi alucinada niñez entre murales y óleos mexicanos de Siqueiros, Orozco, Tamayo, Rivera y Kahlo; mi tibia juventud entre vastas reflexiones de José Carlos Mariátegui y pláticas con el Dr. Juan Francisco Valega y el barrioaltino Gamaniel Palomino estimulan mi aprecio por la obra de José Sabogal (quien sucede al academicista fundador Daniel Hernández), trastocando a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima hacia el predominio indigenista. Luego, Alejandro Gonzales Trujillo, Apurímak —mi tío político—, sin negar el valor del arte europeo, nos habla fervoroso de la defensa de lo andino y de la artesanía en la enseñanza nacional de las Artes. En los '60 y '70, en los Cafés Dominó, Viena yWony de los jirones Unión, Ocoña y Belén, oímos deslumbrados a Sérvulo Gutiérrez; también a Víctor Humareda, Pepe Bracamonte, Julia Ferrer, Miguel Angel Cuadros, los hermanos Pereyra, Antonio Osores, Emilio Hernández (hoy místico), Nelson Castañeda y otros artistas valiosos. Por ideales socialistas cultivo lazos con Pancho Izquierdo, Etna Velarde y el c. Caballero. En otoño del '76 el sociólogo Luis Rocca Torres me cita en el viejo convento limeño de Bellas Artes del jirón Ancash. Ahí, conozco a la obra La Noche (copia) del genial Miguel Angel; al cordial Andrés Molina; escucho el cuento El cura sin cabeza y otras visiones, y caigo en sutil trance. Por ello, esa Escuela tiene aún sobre mí un poder taumatúrgico, casi sobrenatural.

El 1° de octubre del '99 en la muestra colectiva que celebró la Escuela en Osambella —por sus 80 años, por la labor de Vinatea Reynoso y Juan Manuel Ugarte Eléspuru— sentimos la gran ausencia de Julia Codesido, Camino Brent, Tilsa, Humareda, Don Gama, Guzmán Manzaneda, los Albert Guzmán, Hernán Piscoya, Albert Quintanilla, Manito Chávez, Félix Revolledo (asesinado), Ciro Guerra, Ricardo Zapata, entre otros. Reconocemos la maestría de ellos y, también, la de los seleccionados Alfredo Ruiz Rosas, Aitor Castillo, Sabino Springett, Alberto Dávila, Francisco Espinoza Dueñas, Milner Cajahuaringa, Gerardo y Angel Chávez, Oscar Allaín, Víctor Delfín, Oscar Corcuera, Lola Schroder, Fernando Sovero, Venancio Shinki. Asimismo agradan la calidez de Diómedes Modesto, Elías Roca y Lucy Rivera. Sobresalen el talento y oficio continuos de los amigos libertarios del '70: José Tang: Joven adolescente, Oswaldo Higuchi (acrílico s/t), Carlos Alberto Ostolaza: óleo: Niños músicos, Leoncio Villanueva: Jardín del Edén, Carlos E. Polanco: El Profeta, como Miguel Brenner: Caballero en rojo, Elda di Malio (óleo s/t) y Julio Quispe, Quispejo. Sandías . Y convencen, además, los jóvenes Bruno Portugués: óleo: Paula, Teresa Luna, Angel Chávez Achón, etc. En grabado: Carlos Carrizales: Hombre lechuza en la pendiente y Juan Valladares: Le Col D'oiseau.

En escultura: César Fortunato: Princesa hindú, entre otros. A pesar de que el Estado peruano no sólo no estimula realmente a nuestros artistas, sino que los tiene olvidados, muchos de aquéllos bebiendo de las raíces andinas y pluriétnicas, mediante la pintura y escultura, reafirman la popular identidad nacional con salidas nuevas. Otros crean una vital propuesta urbana, desde su idiosincrasia. Y la mayoría, con uso original del lenguaje plástico, sitúa y eleva a nuestra pintura en niveles extranacionales. Como prueba están algunos concursos y eventos extranjeros en los que el Perú no sólo se hace presente con alta calidad, sino que destaca, y, en varios casos, se consagra. Claro que discrepamos de las eurocéntricas afirmaciones controversiales de Ugarte Eléspuru —con relación al genial Víctor Humareda, por ejemplo. No obstante, estimamos su esfuerzo. Y va un abrazo grato a María Chávez y al joven artista Alfredo Allaín Santisteban por el apoyo en la fragua del sencillo catálogo casi, casi... democrático. Más vale tarde...

* Rosina Valcárcel es una de las voces más representativas de la poesía peruana. Su obra como escritora, aunada a su labor de luchadora social, la ha llevado a ocupar un lugar respetable en el panorama literario latinoamericano.

viernes, noviembre 06, 2009

Quispejo en Japón

En el año 1994 tuvo oportunidad de mostrar sus obras en Okinawa - Japón. Esta es la información periodística que se ocupo de su Exposición y las invitaciones que circularon.