miércoles, julio 12, 2006

Mi Pintura es de Dos Mundos

Quispejo: Mi pintura es de dos mundos.

Sus pinturas son la evocación exacta de un artista que transita entre dos mundos, el andino y el costeño. Sus grandes lienzos delineados con una geometría precisa y un cromatismo de tonos calidos, muestran esa ceremonia secreta que existe entre el pintor y su obra.

Mira esperando la pregunta, mientras el silencio de la mañana barranquina nos envuelve a todos. Julio Quispe Virhuez es callado. “Prefiero permanecer en mi taller sin ningún ruido, solo de vez en cuando poner un poco de música andina para recordar momentos y hacer evocaciones”.

Julio Quispe Virhuez “Quispejo”, ancashino, 37 años, casado, un hijo, inaugura este miércoles en la Galería “Trapecio”, su novena exposición individual. Conversamos con él en Barranco donde vive desde hace 25 años, en esa vieja casa de la calle Grau, donde parecen que transitaran los recuerdos y nos gritaran los duendes de un Barranco que ya no existe definitivamente.



¿Calificarías tu pintura como indigenista?
Esta dentro de los motives peruanos, pero en una forma mas interpretada. Yo no copio los temas del Perú, sino trato de interpretar ciertas características psicológicas y de representar la indumentaria.

¿Por que el sombrero al sombrero le das tanta importancia en tu pintura? Por una especie de simbolismo?
Puede ser, pero también porque es un atuendo muy propio del hombre del Ande y del cual no se desprende fácilmente. La verdad es que cualquier explicación acerca de su significado que la encuentre quien mira mis cuadros.

¿Me da la impresión que tu pintura nace de un sueño?
Nace de vivencias. Sobre todo de mi niñez. Esta ligado a todas las tradiciones de mi infancia. Lo que pinto surge de mis propias vivencias, así como las que tuvieron mis abuelos y mis padres.

¿Y el elemento onírico?
Pienso que coexiste, es mas, viene a ser la integración entre lo andino y lo costeño. Porque siempre utilizo el personaje en primer plano y el espacio que evoco, es la costa, con sus desiertos lejanos.

¿O sea que te consideras a mitad del camino entre la costa y la sierra?
No creo que haya divisiones. Solo quiero integrar la costa con la sierra, hacer un todo, que no exista esa dicotomía, para mi, absurda, entre estas dos regiones de nuestro país.

¿Antes de ser pintor que cosas eras?
Siempre me gusto la pintura. Al terminar la secundaria postule a Bellas Artes de Lima y cuando egrese ejercí la docencia por dos años en una escuela de los Barrios Altos. Una de las experiencias que definió mi futuro como pintor fue mi trabajo en una mina. Al poco tiempo de estas en Bellas Artes decide dejar la escuela y me fui a trabajar a una mina. Estuve cerca de un año. Entonces, comencé a desarrollar un sentido contradictorio conmigo mismo y volví a la pintura. Desde esa fecha se puede decir, que mi decisión fue hacerme pintor y he trabajado muy duro para lograrlo.

¿Hay algunos elementos sociales en tu pintura? Te consideras un hombre socialmente preocupado?
Si.

¿En que sentido?
En el sentido de querer hacer conocer lo nuestro. Lamentablemente nuestra cultura no es muy conocida. Yo creo que es necesario que se le reconozca en todos los terrenos del arte. Eso es una preocupación muy importante.

¿Como es que siendo un pintor de paisajes y personas, tu pintura es de caballete, de estudio?
Significa, como te decía anteriormente, que mi pintura es de vivencias vitales de otro lado viajo constantemente, para tomar apuntes y estar en contacto con las cosas que pinto.

¿Te sientes influenciado por el indigenismo, especialmente por Camino Brent?
Soy un gran admirador de él, como Camino Brent le doy gran importancia a la luz, pero mis temas son distintos.

¿El grupo Puka-Punku del cual es miembro fundador, es una propuesta estetica?
Es una agrupación de pintores, cuyo fin es divulgar la plástica, no en forma comercial. Nuestra intención es llevar al conocimiento plástico a diferentes partes del Perú, a los sitios donde no siempre llega.

¿Una ultima pregunta: Por que te gusta el silencio?
Cuando era niño, en el campo encontraba una soledad vital, ahora es un reencuentro conmigo mismo. Solo uno que ha vivido en el campo es capaz de sentir este silencio que, por momentos parece hablar. Esto lo encuentro en mi pequeño taller, “pueblo joven” para mi. Mientras pinto evoco otros amaneceres, otros “ruidos silenciosos” que traen a la memoria lo que yo más quiero y amo.

Fuente: Suplemento Dominical, Cuarta Sección. Lima-Perú. 22 Agosto de 1982.