martes, marzo 09, 2010

Presencia Andina en la Pintura Peruana

Sala de Arte del Fondo Monetario Internacional
Washington, USA
Segundo semestre 1988

Presentado por el Historiador Pablo Macera.

Esta muestra colectiva tiene un común la preocupación por una temática andina. Pero convoca a diez artistas diferenciados por su técnica y su propia biografía profesional. Podríamos así distinguir diversos escalones cronológicos. Si tenemos en cuenta el egreso de la Escuela de Bellas Artes y la Universidad Católica(Artes Plásticas), el espectro generacional cubriría aproximadamente 15 años de diversas promociones artísticas, de 1969 hasta 1984; aunque al interior de esa fecha extrema bien podríamos distinguir tres o cuatro generaciones.

La Mayoría de los artistas ahora reunidos tienen una rica experiencia de exposiciones individuales y colectivas. Algunas de las cuales datan de 1974 más de diez años atrás. Todos mantienen obviamente una exploración continua, pero no se trata de trabajos iniciales o de juventud desprevenida.
La diversidad aludida es quizás una de las características más atractivas de esta muestra. En el orden técnico hay quienes han elegido la veladura otros la difuminación. Un grupo parece obsesionado por la figura humana, especialmente la mujer. Otro, en cambio prefiere el tratamiento del paisaje. Y aun así, dentro de estas dos categorías hay que distinguir múltiples direcciones individuales: narración del paisaje, re-elaboración geométrica del mismo, exploración intense de la figura humana. Lo mismo podríamos decir de los universos cromáticos. Algunos de los pintores han preferido la armonización de matices de un solo olor; otros el contraste. Pero sobre todo, cada uno de los artistas, han conseguido explorar en un mundo plástico propio.

En Castro su reciente pintura se aparta definitivamente de la preocupación mitológica que caracterizo a su trabajo hace poco tiempo. Caso diferente es el de Palma en quien resulta clara la influencia de Tilsa, pero sin embargo, consigue un acento personal de técnica y temas.
Quispejo con su seguridad en la elección de los colores y su preocupación por geometrizar los paisajes urbanos de la sierra. Y no olvidemos las exploraciones de León, dentro de una línea futurista que superpone esquemas geométricos a la figuración paisajista.
En Salvo, encontramos el transito de la preocupación mitológica a la figurativa y la nueva exploración de las imagines e incluye, ya no solo al paisaje de la sierra, sino los arenales de la costa. Coronado, con acertado manejo de matices le interesa el paisaje como escenario de la acción humana.
Gavidia (egresado en los 50) con trabajos disímiles ignoramos si de épocas distintas incluye la exploración del desnudo hasta la figura geometrizada. Alegre, de dibujo limpio, con una búsqueda del prototipo y no de la señal individualizadora. Aldana con el pincel seco presente de mujeres de cuellos alargados que emergen de volúmenes circulares, cuerpos que, sin embargo, parecerían el pretexto o el sostén de elementos en apariencia adicional (peces o flores). Carpio con el empastado que le permite obtener un extraña dimensionalidad y la contra luz en cada una de sus obras.

Quien visite esta muestra colectiva podría tener así una visión general de algunas de las interesantes direcciones de exploración plástica. Resulta prematuro pronosticar la consistencia a largo plazo de los que ahora desean constituir un grupo eventual de exposición. Quizás esa misma incertidumbre o promesa sea uno de los principales atractivos de esta muestra.
Pablo Macera
Lima, 1988